Todos tenemos algo que nos emociona tanto como para no dejarlo pasar. Ya sea tener una colección, viajar, comprar ropa y zapatos o, por qué no, ir a comer a los restaurantes más exclusivos. Tú sabes, esos gustitos que, obvio, se vale darnos de vez en cuando. Pero son placeres que sólo podemos darnos un par de veces al mes porque, de hacerlo en exceso, se pueden convertir fácilmente en un disgusto que se verá reflejado en nuestras deudas creciendo.  

De acuerdo con el artículo ‘Cuando el Consumo nos Consume’ publicado en la Revista del Consumidor de 2015, entre un 4% y un 12% de los mexicanos sufre síndrome de adicción a las compras o, para ponernos más técnicos, oniomanía. Según los datos aportados por la Asociación Mexicana Sobre la Adicción, este trastorno se manifiesta incluso físicamente cuando los pacientes, al entrar a una tienda o centro comercial, sienten la necesidad de comprar un artículo aún cuando no lo necesiten y, en caso de no poder hacerlo, sufren episodios de ansiedad.  

Que te des tus lujos no quiere decir que tengas este padecimiento. Sin embargo, si comienzas a notar que tus deudas son mayores a la cantidad de dinero que puedes pagar, es hora de bajarle al gasto. Pues, si algo es cierto es que el estrés que genera el deber dinero puede traerte problemas de salud. Más allá del trastorno que ya mencionamos arriba, si dejas que tus deudas sigan creciendo, esa presión se puede convertir en varias enfermedades más.